¿Qué hace a una interfaz buena? UX vs UI explicado para no diseñadores
Dos términos
que suelen usarse como sinónimos —UX y UI— en realidad hablan de cosas
distintas. Y si tomas decisiones sobre productos digitales, entender la
diferencia puede ahorrarte tiempo, dinero y usuarios frustrados.
UX: cuando
la experiencia no se nota (porque está bien hecha)
UX viene de User
Experience, y se refiere a lo que pasa cuando alguien interactúa con un
sistema. No cómo se ve, sino cómo se siente.
Una buena experiencia guía sin forzar, anticipa problemas, reduce pasos
innecesarios y pone lo importante en el lugar correcto. El usuario no debería
tener que pensar demasiado.
Detrás de un
buen UX hay pruebas con usuarios reales, mapeo de flujos, lógica de navegación,
jerarquía de información. Y sobre todo, preguntas bien planteadas: ¿Qué quiere
hacer el usuario? ¿Cómo lo haría más rápido? ¿En qué punto se perdería?
Una mala
experiencia, en cambio, es silenciosa pero evidente: pantallas confusas,
funciones escondidas, procesos redundantes, mensajes poco claros. No importa
cuán moderno sea el diseño si el camino está mal trazado.
UI: cuando
el diseño no distrae, sino que orienta
UI es la capa
visual: botones, íconos, colores, tipografías, espaciado. Pero no se trata solo
de estética. La UI existe para traducir la experiencia en señales claras. Lo
visual guía. Ordena. Comunica.
Una interfaz
bien diseñada da confianza. Indica lo que es clicable, lo que es prioridad, lo
que está disponible y lo que no. Evita saturación. Usa el color con intención,
no solo por gusto. Un diseño visual que funciona es casi invisible: el usuario
no se detiene a admirarlo, simplemente avanza.
Y esto es
clave: una app puede tener excelente UI y aún así frustrar, si el UX es malo. O
puede funcionar muy bien, pero verse desprolija y poco confiable, si no hay un
buen diseño visual. Las dos cosas deben trabajar juntas.
¿Por qué
esto debería importarle a alguien que no diseña?
Porque muchas
decisiones importantes sobre productos digitales se toman fuera del equipo de
diseño.
Empresarios, directores de proyecto, clientes de software o líderes de negocio
aprueban propuestas, revisan entregables, piden cambios.
Saber
diferenciar UX de UI no es solo un tecnicismo. Es la diferencia entre pedir que
“lo hagan más bonito” o entender que el problema está en cómo está planteado el
flujo. Es saber si el error está en el diseño o en la lógica. Es poder tener
una conversación con el equipo sin hablar en abstracto.
UX y UI no
compiten. Pero una no salva a la otra.
UX sin UI es
funcional pero difícil de usar. UI sin UX es atractiva pero poco útil.
La mejor tecnología desaparece: no se nota. Deja al usuario hacer lo que
necesita sin interrupciones, sin pensar demasiado, sin cansarse.
Eso es lo que hace buena a una interfaz.
Creditos: Imagen de freepik
Copywrite: Natalia Jaimes
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